La salud es cosa de tod@s-Contra el estigma, estima

Y comprendí, que comprendo todo y no comprendo nada. Que comprendo, y no comprendo, a mi manera.

Que todo contiene a todo
Y que la salud mental, es cosa de todos.

Que la enfermedad, es síntoma de una sociedad conflictiva, confrontada, cruel, en que, como un cerebro global, si hay neuronas enfermas, es porque, todo el organismo, está enfermo.

La locura es insumisión, decía, y cierto es que la incapacidad, es lucha contra el mal instaurado en lo prefabricado. Es negación natural, a participar en lo corrupto normalizado. Que es difícil encontrar tu sitio, tras varios graves traumas, y ver que, en cierto modo, está todo comprado, y cuesta lo suyo, hacer lo correcto, en este mundo mercado.

Que, tal vez, no podemos cambiar el mundo, y solo podemos aceptar, hacer nuestro papel, como colibrí dorado.

Sí: Mens sana incorpore sano, y lo mismo al contrario.

Que no hay vida sin enfermedad, porque la enfermedad, es sanación, necesidad de amor, armonía, un llamado, a mejorar, lo que a todos nos está afectando.

Que el odio es parte de lo humano, que el mal, es complementario, pero organizarlo positivamente, es virtud, de vivir entre hermanos.

Que, si hay mal, hay enfermedad mental, la cual, trata de liberarlo, soltarlo, dejarlo ir, y poner más bloqueo de lo necesario, es estancamiento, status quo, reaccionario. Es lógico reaccionar, ante el maltrato, y desestabilizarte, hasta lograr compensarlo.

Que tuve que vivir en contradicción, para después, verlo, con firmeza, todo claro.

Que la vida es hermosa, cuando recuperas tu camino, renovado.

Cada vez que una célula muere, la muerte hace su papel, eliminando y renovando, del mismo modo que las personas, vivimos, morimos, amamos.

Que la salud mental, una vez más, es cosa de todos, porque entre todos formamos, el organismo global humano, del mismo modo que somos parte del cosmos, y la relación es necesaria, aun estando a veces enfrentados.

Comprendí que soy uno más, y a mi manera muerdo, hablo, ladro.

Que mis aires altivos, se deben al miedo, a lo desconocido, a no saber si es bueno o malo, y, ante el terror, juzgarlo.

Comprendí que somos infinitos yin-yangs, en otros yin-yangs compartidos. Que no comprendo nada, pero abarco a mi manera lo mío, y no voy a ser autoexcluido, no voy a agachar la cabeza, y, con virtudes y defectos, a mis prejuicios, sobrepuesto, hago lo que realmente quiero, y no me hago preso de mis miedos.

Porque sé lo que soy, y sé lo que quiero, y, por encima de todas mis contradicciones, que disfruto y canalizo, no soy víctima de mi odio, ni de un mundo enfermo, porque, con ayuda de todos, y con gran esfuerzo, a pesar de todo, soy lo que quiero.

Sanando los individuos, sanamos al mundo entero, y las personas, sanadas, sonríen felices de nuevo.

Comprendí que no siempre somos lo que sentimos, ni lo que pensamos, y que, más allá de todo, siempre que podamos, somos, lo que queremos.

Óscar Cosín Pastor, 21 de octubre de 2023, tras la manifestación en Valencia, por la Salud Mental.

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