
Una autentica mierda!
Se podría decir esto de los dos meses y medio que me tiré de confinamiento, pero mi verdadera pesadilla, mi verdadero estrés, comenzó al darme de narices con el muro de ́la nueva normalidad ́.
Mis recuerdos sobre la cuarentena no son demasiado angustiosos o tristes, la pase como mejor pude gracias a la compañía de mis compañeros de la vivienda tutelada donde resido.
Momentos todos juntos en la cocina comiendo, y cocinando, y limpiando, compartiendo vidas. Y la suerte de tener el recurso de un bonito y enorme patio donde respirar aire puro, que eso no lo tiene todo el mundo, donde hacíamos torrás todos los viernes.
No me aburrí, y eso tampoco lo puede decir todo el mundo.
Pero ahora sigo en la brecha de encauzar mi vida de nuevo, aunque no donde la dejé, sino hacia un futuro más prometedor.
